¿Cuál es la diferencia entre un vibrador y un consolador?
Esa es por ejemplo una de las preguntas que pueden ser respondidas durante una reunión de tupper-sex. Ante todo decir que ya no se habla de consoladores, ya que las mujeres no hemos de consolarnos de nada, el nombre correcto es “dildo”.
Un vibrador es cualquier juguete erótico, sea de la forma que sea (fálica, mariposa, de dedo) que emite vibraciones o rota y funciona con pilas o electricidad y un dildo es un objeto diseñado especialmente para la inserción vaginal o anal pero que no vibra.
A veces podemos pensar que el dildo es un artilugio nuevo pero si lo hacemos estaremos muy equivocadas, su historia se remonta a miles de años atrás.
El dildo más antiguo lo descubrieron unos arqueólogos en Harappa, Pakistán, y data de 4000 años a.C. Se supone que tenían una función en rituales sexuales religiosos y su nombre lo debe a una palabra presuntamente latina "dilatare" que significa dilatar o abrir, o, posiblemente, según otras versiones, de la palabra italiana "dilettare" que significa gozar, entretener, o dar placer.
En la época griega, eran de barro o vidrio, se llamaban olisbos y los vendían a las mujeres solteras para su placer. También los hacían de cuero y atados con correas servían para el coito entre las parejas lésbicas.
Durante la Edad Media, fue considerado objeto pecaminoso y sin embargo alcanzó su mayor apogeo en la época renacentista, en el siglo XVII. Hechos de madera o de cuero, para evitar roces incómodos era preciso usar abundante aceite de oliva como lubricante.
En la medicina china era muy común tener uno y era normal (también para el hombre) que una mujer tuviera por lo menos uno en casa.
En nuestra cultura occidental, a las mujeres que sufrían de irritabilidad, ansiedad, excesiva lubrificación; se les diagnosticaba “histeria”, según Aristóteles, mal de una matriz insatisfecha y eran curadas por los médicos haciendo uso del dildo. La paciente sanaba cuando, con el "tratamiento", se producían vibraciones del cuerpo, acaloramiento, respiración jadeante. ¿Orgasmo tal vez?
A principios del siglo 20, el se convirtió otra vez en un objeto pornográfico y antifeminista y en los años setenta, en E.E.U.U. y norte de Europa la sexualidad de la mujer experimenta un cambio radical (gracias a la píldora) y el dildo fue aceptado generalmente y considerado políticamente correcto por las feministas.
Hoy en día, cada vez más libre del estigma social, el dildo se convierte en uno de los juguetes eróticos preferidos, tanto por las mujeres como por los hombres.
Así que ya sabéis chicas y chicos… poned un dildo en vuestras vidas.